A 40 kilómetros de la Capital habita el ciervo nativo más grande
del Continente, un herbívoro fundamental para la regulación natural del Delta
del Paraná, uno de los humedales más importantes del mundo. La caza furtiva, la
desaparición de su hábitat natural y el corrimiento de la frontera urbana y
agropecuaria pusieron en peligro a la especie durante los últimos años. Y por
eso mismo, en 2014 nació el Proyecto Pantano, un programa de conservación en el
que participan científicos del sistema público (CONICET, INTA), la sociedad
civil (Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico, Asociación para la
Conservación y Estudio de la Naturales), profesionales y técnicos
independientes, empresas y productores locales, en busca de evitar la desaparición
de la especie en este humedal de importancia internacional.